Muchas veces nos hemos preguntado acerca de tener una alternativa de inversión en la que destinaríamos nuestro excedente de capital e inclusive convertirla en un negocio propio para finalmente ser independientes, completamente autónomos y no tener que rendirle cuenta a nadie. Tomar vacaciones cuando queramos y, por lo tanto, ganar más dinero.
Lo que sucede en la actualidad es que el sistema en el que nos encontramos está estructurado de una forma en el que la mayoría tendrá que trabajar para una minoría. Por otro lado, si quisiéramos crear un negocio, generalmente es necesario contar con un capital que no contamos al igual que carecemos del conocimiento y la experiencia necesarios para hacerlo en un tiempo razonable. Terminaríamos resignándonos a ganar menos dinero del que habíamos pensado.
Hoy, gracias al avance en las comunicaciones, tecnología y globalización se nos presentan nuevas e interesantes oportunidades de negocios que en otros tiempos sólo estaban reservadas para grandes capitales y para personas que vivían en países desarrollados. Una de esas actividades productivas es la de ser inversionista en la Bolsa de Valores. Esta profesión, como muchos especialistas la llaman, es una de las más atractivas por el potencial de utilidades que puede generar en relación con el capital mínimo requerido y por sus características únicas de implementación y operación. Por otro lado, por el grado de especialización que tiene, se requiere de un proceso de aprendizaje, estudio y entrenamiento que dependerá, por una parte, del perfil y nivel de conocimientos de cada quien y, por la otra, del deseo, empeño, disposición e intensidad que se ponga en ese esfuerzo.
Ser inversionista exitoso en la Bolsa de Valores requiere en un principio, a diferencia de lo que la mayoría cree, de un arduo, exigente y, en muchas ocasiones, de un muy costoso camino, si no se capacita de manera responsable.
Desafortunadamente, mucha gente en lugar de iniciar su proyecto de manera profesional se aventura en esta actividad sin los conocimientos ni en las herramientas necesarias, considerándose más inteligentes que los demás personas que pierden dinero en la Bolsa. Lo hacen sin ningún método ni plan de acción. En pocas palabras, sin estrategia alguna y dependiendo mucho del factor suerte, por lo que terminan en la mayoría de los casos con resultados desastrosos. En otros casos sucede lo contrario, y evitan dedicarle tiempo a esta profesión considerándola que es sólo para gente con altos niveles económicos y académicos, y que su éxito depende además, de contar con cierta información privilegiada o algunas fórmulas secretas inalcanzables para ellos.
El objetivo de cualquier inversionista en la Bolsa de Valores es de lograr ganancias en forma consistente aunque pocos lo logran. Cómo se explica que un reducido porcentaje de personas tienen éxito consistente. Para mí, el factor determinante es el psicológico – los ganadores consistentes piensan diferente de todos los demás.
Por: Javier Vásquez
Especialista en Bolsa de Valores
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