Una forma curiosa de tratar la psicología de los inversionistas perdedores es comparándola con los Alcohólicos Anónimos. Sería recomendable que el inversionista que opera en Bolsa de Valores de Lima se enfrente a las pérdidas de la misma manera que la gente que se enfrenta al alcoholismo. No nos referimos a los inversionistas principiantes que podrían cometer algunos errores propios de su inexperiencia, sino a aquellos que teniendo recorrido caen en una mala racha. Veamos la comparación.
- El bebedor no puede resistir la tentación de beber porque continúa sintiendo y pensando como alcohólico.
- El bolsista perdedor no sabe impedir su hábito a perder porque continúa sintiendo y pensando como un jugador.
La vida del alcohólico va cuesta abajo, fuera de control, cuando niega ser un alcohólico. Niega que el alcohol controle su vida y alimenta la fantasía de que es capaz de dejarlo cuando quiera (como los fumadores). O piensa que cambiar de bebida o reducir un poco es la solución al problema. El inversionista en la Bolsa de Valores de Lima perdedor va erosionando su cuenta poco a poco, fundiéndose los ahorros, siendo desplumado mientras niega que ha perdido el rumbo en el mercado. No puede aceptar la dolorosa verdad y se la oculta a sí mismo y a los demás. Habla de sus éxitos pero nunca de sus fracasos.
El bebedor de Alcohólicos Anónimos aprende que la sobriedad comienza en la mente de las personas. Los bolsistas perdedores que sobreviven en Bolsa de Lima aprenden que el problema no estaba en los métodos o en el mercado, sino en sus mentes.
El perdedor va cambiando entre diferentes acciones, cambia de estrategias, de gurús, de sistemas de trading.... Toma posiciones impulsivas, opera en exceso intentando resarcirse por la pérdida anterior, como si quisiera vengarse del mercado. Su capital se va reduciendo mientras él intenta recrear la placentera sensación de ganar. Asume riesgos cada vez mayores, compra todos los libros con el último “sistema definitivo para ganar en Bolsa de Valores”, busca consejos de asesores, soplos, información privilegiada. Invierte el sentido de sus posiciones continuamente, dobla sus posiciones cuando las cotizaciones caen. El perdedor en la Bolsa de Valores no se da cuenta de que no puede parar porque es adicto a la excitación que produce el juego.
Un inversionista ecuánime y serio o un trader profesional, en cambio, si tiene una serie de pérdidas lo toma como una señal de que algo va mal. Entonces detiene sus inversiones y repasa sus métodos y sus análisis. En conclusión, primero hay que cambiar la manera de pensar para detener las pérdidas y empezar a recuperarte.
Se trata entonces de tener una disciplina mental. Revisar el registro de todas las operaciones y encontrar los errores cometidos (errores de método, errores de disciplina y errores de gestión de capital). Identificados esos puntos débiles sería saludable escribirlos en una hoja y pegarla en un lugar visible para no “volver a caer en lo mismo”.
Invertir en Bolsa de Valores de Lima debe tomarse como un negocio para ganar dinero, no como un juego. Las pérdidas razonables siempre existirán y forman parte del negocio. Pero hay que distinguir cuándo pierdes como profesional y cuándo pierdes como jugador.
Éxitos.
Marco Antonio Puerta
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